miércoles, 15 de junio de 2016

Higiene

El lavado de manos con jabón es una de las maneras más efectivas y económicas de prevenir enfermedades diarreicas y respiratorias, que son responsables de muchas muertes infantiles en todo el mundo.

Las manos están en contacto con innumerable cantidad de objetos y personas, y también con gérmenes que pueden ser perjudiciales para la salud. Cuando una persona no se lava las manos con jabón pueden transmitir bacterias, virus y parásitos ya sea por contacto directo o indirectamente.
Por eso, es importante lavarse las manos:
  • Antes y después de manipular alimentos y/o amamantar.
  • Antes de comer o beber, y después de manipular basura o desperdicios.
  • Después de tocar alimentos crudos y antes de tocar alimentos cocidos.
  • Después de ir al baño, sonarse la nariz, toser o estornudar y luego de cambiarle los pañales al bebé.
  • Luego de haber tocado objetos “sucios”, como dinero, llaves, pasamanos, etc.
  • Cuando se llega a la casa de la calle, el trabajo, la escuela.
  • Antes y después de atender a alguien que está enfermo o de curar heridas.
  • Después de haber estado en contacto con animales.
 Los variados agentes infecciosos que pueden producir diarrea se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral, es decir por la ingesta de agua o alimentos contaminados y también por la contaminación directa de las manos. El lavado de manos con jabón interrumpe el ciclo de esta contaminación.
Las infecciones respiratorias agudas, como la gripe o la neumonía, pueden evitarse con el lavado frecuente de manos. También los parásitos intestinales e algunas infecciones en la piel y los ojos.
Esta sencilla práctica de higiene es el modo más efectivo de cuidar nuestra salud.

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